Una de las dudas más frecuentes de los escritores nóveles y experimentados es cómo abordar la construcción de personajes en sus proyectos de libros. En esta oportunidad hablaremos de la creación de personajes literarios, sus tipos, y métodos para abordarlos tanto en el cuento como en la novela.
Todos los clásicos de la literatura universal tienen algo en común: la grandeza de sus personajes. Por lo general, una obra literaria en el género narrativo es potente e inolvidable cuanto más potentes e inolvidables sean sus personajes. Don Quijote, Fausto, Raskólnikov, Gregorio Samsa y Ulises son apenas una pequeña muestra de esto.
La importancia de los personajes de ficción radica en que el peso dramático del relato y el punto de vista recaen sobre sus espaldas. El personaje principal confiere al lector de criterio, sensibilidad e interpretación del mundo imaginario que fue diseñado para él. Un personaje de ficción es un ser vivo, orgánico, puesto en un mundo también vivo y orgánico donde debe emprender una búsqueda o enfrentar conflictos.
Los personajes literarios mueren o se transforman, se relacionan entre sí, tienen intereses propios, autonomía y destino. La forma de definir la naturaleza y orientación de un personaje varía en cada autor. Cada quien tiene su método propio. Nosotros nos conformaremos con algunas pautas útiles, rutas y elementos clave para facilitar el abordaje apasionante de esta parte de la creación literaria.
Índice
¿Qué es un personaje literario?
El personaje literario es una entidad o en el conjunto de entidades humanizadas que participan en la acción de una novela, cuento u obra de teatro. Es una entidad humanizada puesto que está dotada de razón, criterio, emociones, sentimientos, decisiones y sobre todo conciencia de su propia situación o conflicto.
Naturaleza de los personajes literarios
Los personajes de ficción pueden ser:
- Seres humanos.
- Animales.
- Objetos personificados (por ejemplo, robots).
- Criaturas sobrenaturales.
- Personajes históricos.
- Símbolos.
Características de los personajes literarios
No confundamos las características de los personajes con caracterización de personajes. De esto último hablaremos más adelante. Por lo pronto, veamos en la siguiente lista los principales atributos y cualidades de los personajes:
- Cuerpo e impresión física: son altos, delgados, obesos, viejos, niños, ciegos, cojos, negros, blancos, calvos, gigantes, con alas, etc.
- Razón: tienen criterios, interpretan, analizan, juzgan, piensan, comparan o infieren.
- Emociones: se alegran, entristecen, odian, aman, se conmueven; sienten envidia, deseo, etc.
- Moral y ética: tienen conciencia o no del bien y el mal, o hacen lo correcto o lo incorrecto.
- Voluntad: están guiados por intereses particulares que los moviliza hacia búsquedas y conquistas propias.
- Social: se relacionan con otros personajes, trabajan, son hijos o madres, solteros o casados, pagan impuestos o se rebelan contra el sistema.
- Conocen: pueden ser desde analfabetas hasta científicos o intelectuales.
- Comunicación: hablan o se comunican por diferentes vías.
Tiempo y espacio
La naturaleza de un personaje depende en gran medida de la época y el lugar donde está ubicado el relato. En este sentido el personaje literario es una proyección del tiempo y el espacio donde se desarrolla la acción. Un personaje que vive en el desierto del Sahara en el año 200 a.c no puede compararse a un personaje que viva en Manhattan en pleno siglo XXI.
Ambos pueden amar, odiar y ser de baja estatura, pero responderán inefablemente al tiempo y al espacio en los que le ha tocado vivir. En todo caso, así somos en realidad, lo que nos lleva a otra certera conclusión: los personajes también son un reflejo del tiempo y el espacio donde el autor desarrolla su obra.
Tipos de personajes literarios
Existe una clasificación de personajes básica que suele aparecer en todos los manuales de escritura. Esto responde más al hecho de saber diferenciarlos que por la naturaleza o características con las que cuenten. En este segmento hablaremos de los tipos de personajes más conocidos.
Personajes principales y secundarios
¿Cuáles son los personajes principales de una novela o un cuento? ¿Qué son los personajes secundarios? Estas preguntas abundan tanto en nóveles escritores como en aquellos narradores de oficio que suelen deleitarnos con sus conferencias o cursos de escritura creativa. Pues bien, digamos que existen algunas reglas que diferencian a un personaje de otros y que las expondremos a continuación distinguiendo los siguientes tipos:
Personajes principales
Por sentido común, los personajes principales son aquellos que narrativamente tienen mayor participación. Es decir: tienen un rol más protagónico (o antagónico) desde que se inicia la historia hasta que culmina. Ahora bien, para perfilarlos mejor es necesario mencionar sus características más resaltantes. Estas son:
- Pueden ser protagonistas o antagonistas, es decir: héroes o villanos. En este dúo se produce un nivel de simbiosis donde el destino de uno está estrechamente vinculado al del otro. Esta es una de las razones por la cual suelen tener un mayor nivel de participación.
- Son argumentales y esenciales en la trama. Sin ellos la historia no es posible. Determinan el argumento, lo movilizan, generan acciones, sucesos; y permiten que la estructura del relato (inicio-desarrollo-clímax-final) se desarrolle con fluidez mediante los puntos críticos, decisiones y voluntad de los personajes principales.
- Enfocan al lector en un punto o varios puntos de vista. Dicho de otro modo, permite que el lector comprenda desde qué personajes se está contando la historia. El punto de vista del personaje coloca al lector en la psique del personaje. Esto es vital para entender la obra y acompañar al personaje desde el inicio hasta el final.
- Definen en conflicto: en su búsqueda e intereses los personajes principales encuentran obstáculos que les impiden lograr sus objetivos. Por ejemplo: un hombre quiere salvar a su hijo y el malvado no se lo permite. En esta oposición de fuerzas surge el conflicto.
Hay relatos donde sólo existe un personaje principal y otros donde hay dos o más. En ausencia de personajes antagonistas u opuestos al héroe, el factor antagónico de la historia viene dado por fuerzas externas al personaje, o, por otro lado, el mismo personaje principal es su propio antagonista.
Los relatos de historias corales, donde existen varias historias con diferentes argumentos, muestran múltiples personajes principales que desarrollan historias distintas, pero que se tejen en una misma historia.
Son los personajes principales los que tienen el mayor peso dramático en la historia. A través de ellos vivimos lo que el escritor quiere contarnos, con ellos nos identificamos o no, y sólo a través de ellos una novela o un cuento logra uno de sus aspectos más importantes: la unidad.
Personajes secundarios
¿Cuáles son los personajes secundarios que más recuerdas? ¿Por qué los recuerdas? ¿Los libros serían lo mismo sin ellos? Indudablemente que no. Hay personajes literarios que sin ser los principales llegan a conmovernos. Sin ellos, la literatura de ficción no sería la misma. Veamos por qué son tan importantes:
- Complementan a los personajes principales.
- Reafirman comportamientos, conductas y la personalidad del protagonista o el antagonista.
- Diversifican y matizan las acciones.
- Se involucran en los sucesos o acontecimientos importantes.
- Dan relieve al argumento.
- Revelan información importante para el lector.
- Configuran el universo humano de los personajes principales: compañeros de trabajo, familiares, etc.
- Interactúan entre sí mediante un tejido de relaciones sociales, morales, y emocionales.
- Acompañan a los personajes principales en sus acciones y decisiones.
- Se oponen o apoyan los objetivos del héroe o el antagónico.
Una de los atributos más importantes de los personajes principales es la diversificación del relato y la cualidad que poseen para detallar el contexto de la trama. Son descriptivos porque de alguna forma muestran al lector las relaciones de los protagonistas en momentos determinados.
La expresión: «Dime con quién andas y te diré quién eres», explica de un modo certero esa naturaleza descriptiva.
Pongamos por caso el ejemplo de un personaje principal que padece de cáncer terminal, ¿cuáles serían los personajes secundarios? Aquí tendríamos al médico de cabecera o al terapeuta, un amigo, otros pacientes con cáncer, los familiares, entre otros.
Los personajes secundarios aparecen y desaparecen en el relato. Pero son recurrentes. No tienen un nivel de participación tan extenso como los principales, pero como conjunto siempre están presentes. Algunos están tan bien construidos e incluyen tanto en el escritor, que éste debe de algún modo limitarlos o desaparecerlos. Otros tienen una fuerza tan inesperada que al escritor no le queda otra opción que dejarlos fluir.
Personajes figurantes
Estos personajes, también llamados terciarios, tienen un mínimo de participación en la historia, no se involucran argumentalmente en la trama, pero sirven para describir situaciones o circunstancias.
En un restaurante donde se encuentra nuestro protagonista cenando con una vieja amiga, ¿cuáles serían los personajes figurantes? Pues bien, alguien debe servir la mesa. El mesero, los otros comensales, y hasta el chef serían figurantes. Una vez que cambiamos de escena éstos desaparecen para dar entrada a otros: el taxista que lleva a los dos amigos a sus respectivas casas.
Cómo crear un personaje literario
Al ya conocer la clasificación o tipos, podemos iniciar entonces el proceso de creación de nuestros personajes de ficción. Para esto es esencial conocer dos categorías que pueden evitarnos algunas fallas de ingeniería o una opinión negativa de nuestros lectores. Veamos:
Personajes planos
Un personaje plano es aquel que se reduce a pocos rasgos y cualidades. Es decir: muestran muy pocos atributos de personalidad, emociones, características, etc. Por lo general se destinan para los personajes secundarios y figurantes. Existen y son igual de importantes, pero ocupan el segundo lugar en la clasificación de personajes.
Personajes redondos
Son todo lo contrario a los personajes planos: tienen más atributos y su nivel de complejidad se destina a los personajes principales. Una de las características más resaltantes de esta categoría es que son contradictorios, están bien matizados, y tienen una personalidad incluso imprevisible, hasta el punto de acercarse siempre a sus propios límites.
Hacemos mención de estas dos categorías por una razón importante: procura que tus personajes principales sean redondos y que los secundarios sean planos. Un principal que sea plano te coloca en el riesgo de que la obra entera sea también plana, sin vida ni potencial de clímax, uniforme y poco diversa.
Pero tampoco olvides lo siguiente: no conviertas a tus personajes secundarios en personajes redondos o excesivamente complejos. Recuerda que el punto de vista debe recaer en los personajes principales y no en los secundarios. Los personajes redondos requieren de mayor participación en el relato, pues para desarrollarlos implica extenderse más en ellos.
Otro dato importante: una de los aspectos más importantes de la narrativa es la concentración y la buena administración de los recursos. Si te extiendes demasiado en un personaje secundario, entonces no es tan secundario. La fluidez y una poderosa intuición deben ser dos de los elementos a tomar en cuenta.
¿De dónde surgen los personajes?
Esta es una pregunta importantísima. Fíjate en esta expresión: “Quiero escribir un libro sobre el amor”, pues bien, aquí tienes que decidir el género: ¿quieres escribir un libro de ficción o de no ficción? Si quieres escribir un libro de ficción sobre el amor, inmediatamente aparece la siguiente pregunta: ¿sobre quién o quiénes? Shakespeare respondió a esta pregunta de la siguiente manera: Romeo y Julieta, y muchos otros autores han definido sus novelas románticas de muchas otras formas.
De modo que los personajes están determinados en gran medida por el género y el caldo de cultivo de donde surgen. Podríamos dividirlo en dos: de la total y absoluta fantasía o de la realidad como tal.
Un dragón amigable y compañero fiel del héroe es uno de los personajes tipo que suelen tener las novelas fantásticas. Un obrero cansado y con intenciones de cambiar su vida radicalmente es el tipo de personajes que uno suele encontrar en la realidad.
Los personajes surgen entonces del genio fantasioso del autor, como en el caso de Tolkien en El señor de los anillos, o de la realidad como en el caso de La madre de Gorki, por decir un ejemplo. También surgen de personajes reales o de referencias históricas: novelas, relatos u obras de teatro que usan personajes que vivieron o marcaron un hito en la humanidad: Napoleón, Ghandi, etc. No son biografías; son novelas históricas en todo caso.
Nuestra recomendación, para cualquiera de los casos, es que los escritores deben mantener los ojos bien abiertos, ser receptores implacables de la realidad y de las historias y personajes con los que nos topamos a diario en el metro, la cafetería, el trabajo e incluso en los periódicos. El personaje de A sangre fría, de Truman Capote, era un asesino real. Surgió de la realidad.
Para esto, no hay nada como leer novelas y analizar los personajes que aparecen en ellas. Y ya sabes que tienes una sección muy completa de novelas recomendadas en la web.
Un método para creación de personajes
Quiero escribir una novela sobre una monja que se enamora de pronto de un reconocido sacerdote. ¿Cuáles son los personajes principales? ¿Y los secundarios?
La mujer y el sacerdote serían los principales y partiendo de estos dos surgirán en el camino los personajes secundarios. Pero, ¿es todo? ¿Puedo sentarme a escribir el libro del primer capítulo hasta el último con sólo estos pocos datos?
Algunos genios creativos escriben sus libros sin un trabajo de ingeniería previo. Otros necesitan un plan, una arquitectura, un mapa, o información detallada de sus personajes, como vimos en el artículo de tipos de escritor. Esto también depende de si escribimos un cuento, una novela o una obra dramatúrgica. En todo caso, para llegar seguros al proceso de redacción, podríamos realizar un par de actividades previas sólo para nuestro uso exclusivo y complementario:
- Conocer a profundidad nuestros personajes principales.
- Realizar una constelación de personajes.
Conocer nuestros personajes principales
Todos, absolutamente todos estamos sujetos a cuatro aspectos que nos constituyen como persona. Los personajes de ficción también, independientemente de que sean fantásticos o personajes tomados de la realidad.
Esos cuatro aspectos del personaje, son los siguientes:
- Aspectos corpóreos.
- Aspectos sociales.
- Aspectos psicológicos.
- Aspectos morales.
Estas cuatro columnas definen a nuestros personajes principales. De modo que para conocerlos antes del sentarse a redactar el libro, lo más recomendable es que construyamos cada uno de estos aspectos. Se trata de la historia o biografía del personaje, sus antecedentes, sus límites y alcances, etc.
¿Cómo se caracteriza un personaje?
La respuesta es simple: hay que definir los cuatro aspectos mencionados anteriormente. Usaremos el ejemplo de la historia de la mujer y el sacerdote para que tengamos una idea de cómo podríamos caracterizar en este caso a la mujer:
- Aspecto físico: 35 años, alta, delgada, blanca, cabello negro, miope, es asmática y tiene un colibrí tatuado en una de sus nalgas.
- Aspectos sociales: soltera, sin hijos, huérfana de padre y de madre, hija única, vive sola en un apartamento en la periferia de la ciudad, trabaja como psicóloga en un sanatorio mental y es de clase media alta.
- Aspectos psicológicos: emocionalmente estable, no es muy afectiva, excesivamente racional y con criterio científico, es irónica, sarcástica, muestra conductas sexuales un poco perversas, es egocéntrica pero pese a su éxito y estabilidad sufre una soledad profunda e incomprendida.
- Aspectos morales: no cree en Dios, tiene comportamientos que son reprobables moralmente sin sentirse culpable, pero en general sus convicciones están más allá del bien y el mal.
Estos cuatro aspectos son la base para la descripción de un personaje desde sus inicios. La idea es detallar y extenderse en cada uno de los aspectos si el autor lo considera necesario. La concepción de estos atributos podrá modificarse, ajustarse o cambiarse de acuerdo a la dinámica del relato. No es una norma, pero funciona como guía para trazar en líneas generales las siguientes cuatro preguntas:
- ¿Cómo se ve el personaje? Aspectos físicos.
- ¿Qué hace? Aspectos sociales.
- ¿Cómo piensa y maneja sus emociones? Aspectos psicológicos.
- ¿Es bueno, malo o ambiguo? Aspectos morales.
Constelación de personajes
Una constelación de personajes representa el conjunto de individuos que participan en la trama y que están relacionados entre sí por distintos factores: familia, amistad, trabajo, afectos, etc.
Esta herramienta permite contemplar visualmente el conjunto de personajes principales y secundarios que transitan en el desarrollo de la historia. Los escritores realizan mapas conceptuales muy similares a los árboles genealógicos, para tener presente el conjunto de relaciones que esquematizan la historia.
Para elaborarlo debe tenerse al menos una idea de los personajes secundarios más importantes del relato. Veamos el ejemplo:
En la imagen vemos una constelación de personajes donde Paula es el personaje principal y el resto los personajes secundarios. Este mismo diagrama puede hacerse en función del otro personaje principal que es el sacerdote. En caso de que la historia lo requiera, también podría utilizarse esta herramienta para algunos personajes secundarios.
Nombres de personajes
La elección del nombre de un personaje es tan vital como la caracterización. Algunos autores prefieren tener el nombre desde el inicio, otros lo define después de caracterizarlos, y otros tantos lo cambian varias veces en el proceso de redacción. Veamos por qué es tan importante:
- Define la identidad del personaje.
- Lo circunscribe a una cultura o región específicas.
- Depende de su elección si el lector lo recuerda u olvida con facilidad.
- Dotan al personaje de veracidad.
Hay algunos escritores que consideran el nombre del personaje tan esencial, que si no hacen una buena elección toda la historia se pone en duda. Elegirlo debe ser un acto no deliberado. Lo nombres pueden producir en el lector efectos positivos o negativos.
El universo lógico del personaje
Si el personaje es un granjero que no posee ninguna formación académica, resultaría un error que hable sobre el libro Crítica de la razón pura, de Kant. Resultaría también un error todo lo contrario: que un personaje que sea doctor en filosofía piense como un granjero.
La literatura está llena de estas buenas y bien tratadas contradicciones, pero también de personajes falsos. Algunos son intencionales, otros constituyen la expresión de la inexperiencia o el descuido. Un hombre pobre no tiene las mismas preocupaciones que un hombre rico. Tampoco ve el mundo de la misma manera.
Esta es la lógica del personaje: corresponder a su naturaleza, época, y al lugar donde se desenvuelve. Esto no quiere decir que el personaje sea una estructura inflexible y que no pueda diferir incluso de sí mismo. Pero lo que no perdona el lector ni la literatura es la mentira. Los personajes deben ser verdaderos, creíbles, genuinos, aunque sean imaginarios o estén dentro de un mundo imaginario.
Los hombres no despiertan convertidos en monstruosos insectos, pero cuando leemos [easyazon_link identifier=»1480217115″ locale=»ES» tag=»escribirr-21″]La metamorfosis de Kafka[/easyazon_link], creemos y acompañamos al personaje como si tan absurda circunstancia fuera real. Es cuestión de tratamiento, tono, técnica, y sobre todo, de la forma en cómo planteamos al personaje. García Márquez lo dijo: «Puedes escribir cualquier cosa siempre y cuando sea creíble». A esto nos referimos con el universo lógico del personaje.
Personajes de la novela
La novela es el género literario que por su extensión y complejidad requiere de una mayor conciencia en cuanto a estructura y diseño. Para la creación de personajes literarios en la novela, podrían usarse los métodos que mencionamos anteriormente: los 4 aspectos del personaje y la constelación.
Como una novela es un relato extenso, el lector puede saber absolutamente todo de sus personajes. Por lo general son numerosos, divergentes, bien diferenciados, complejos y suelen sufrir transformaciones progresivas desde el inicio hasta el final. Crearlos requiere de laboriosidad y de recordar permanentemente quiénes son para no desdibujarlos o convertirlos en elementos inesperados.
Personajes del cuento
Contrario a la novela, el cuento es síntesis, concentración, contundencia y brevedad. Los personajes de cuentos, entonces, deben ajustarse en este caso a las dimensiones del relato. Para esto es preciso que el escritor conozca bien la técnica del cuento, sus efectos, la forma de estructurarlos, y en función de esto desarrollar sus personajes.
Por lo general son personajes que parten de una situación particular que se desarrolla con la misma estructura clásica de inicio-desarrollo-cierre, pero con una extensión que no puede compararse con la de la novela. Son personajes circunstanciales que responden a un universo cerrado y que suelen buscar más el efecto de la contundencia y sorpresa, que el de la profundidad.
Recomendaciones finales
- Los personajes también dependen de la naturaleza del autor. Pregúntate cuál es el tipo de personas que llaman más tu atención y cuáles son tus temas más sensibles. Seguro encontrarás el universo humano de tus libros.
- Trabaja tus personajes constantemente. Realiza ejercicios con tu imaginación: míralos, escúchalos, recréalos, si puedes dibújalos. Agrégales detalles, manías, contradicciones, rutinas, intimidad. Procura que sean personajes que emanen vida.
- Puedes buscar referencias reales de tus personajes. Si el personaje es un sacerdote, busca sacerdotes, míralos, habla con ellos si es posible. La investigación es un valor agregado.
- Si el personaje debe ser fiel a sí mismo, tú como escritor también debes ser fiel al personaje. Él tomará la fuerza que le imprimas. Debes apasionarte y ser leal. Pero cuida tu historia. Si comienzas con un objetivo, no permitas que el personaje te lo cambie, a menos que encuentres una historia mejor. A veces pasa.
- Si eres novelista utiliza una libreta de notas, una cartelera, o cualquier lugar donde puedas visualizar tu constelación de personajes o las fichas de los 4 aspectos. Regresa siempre a estos recursos si te sientes perdido.
- Incluso los personajes fantásticos deben ser creíbles. Eso dependerá mucho del estilo y la forma en que los plantees. No del personaje.
Otros artículos recomendados
Añado estas recomendaciones al artículo de Rafael (soy Álvaro). Si quieres profundizar un poquito más en la elaboración de los personajes, te recomiendo que mires estos artículos de otras webs:
- Este video de Alberto Marcos, de Megustaescribir es directo y una buena introducción al tema:
- 25 cosas que pensar antes de crear un personaje: esta lista de consejos de Sinjania está muy bien pensada.
- 70 preguntas que preguntar a tu personaje: estas preguntas de Alejandro te pueden ayudar a descubrir y ahondar en la esencia del personaje que creas. Toda buena creación lleva su tiempo.
- Estos trucos para crear personajes de Gabriella Literaria están muy trabajados y vienen con ejemplos claros.
Rafael Enrique Cárdenas. Poeta, ensayista. Ha publicado los poemarios Vivencias (ganador del Certamen Mayor de las Artes y la Letras, capítulo literatura/2006) Con la ciudad a cuestas (Fondo Editorial Los Ojos de la Lechuza 2008). Fue finalista en el Certamen Internacional de Poesía Erótica El Búho Rojo, España, 2008. De los ganadores del Concurso de Poesía breve de la Librería Mediática, 2009 y finalista del mismo concurso en el 2011. En el 2012 obtiene mención en el concurso nacional de poesía Delia Rengifo con el libro La Alquimia de Los Relojes. En el 2014 gana el certamen nacional de literatura: Por una Venezuela Literaria con el poemario: El Devenir de los Días. Autor de la antología poética; A orillas del Tiempo y ganador del Concurso internación Simón Bolívar para las Artes y las Ciencias en el 2016.
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Adrià Hernando dice
El artículo me ha gustado mucho. Desde hace años que escribo historias, ya sea relatos o novelas, la mayoría de los cuales no llego a acabarlos. Y los que acabo, cuando los releo, no me gustan: descubro que son bastante planos. Creo que el problema deriba de la falta de planificación: no pongo unas bases sólidas, no construyo unos fundamentos antes de empezar a construir el edificio. Empiezo a hacer paredes y antes de poder hacer el tejado, se desmorona todo por falta de solidez.
Recientemente decidí empezar a escribir otro relato. Hace años hice un máster de escritura de guión para cine y televisión (que no he aprovechado demasiado), y recordaba que nos enseñaron toda una serie de pasos para ir construyendo el guión desde cero: la premisa, la sinopsis, los personajes, la escaleta… Decidí hacer algo parecido con esta historia.
Estaba trabajando en mis personajes, creando una plantilla, decidiendo nombres, etc., y decidí buscar algo de información al respecto. Y llegué a esta página. La verdad es que algunas cosas ya las había leído antes, pero me ha parecido que estaba muy bien estructurado y me ha ayudado a modificar un poco el planteamiento inicial de mis personajes. Así mismo, en las otras páginas sugeridas he encontrado buenos consejos también.
Por otro lado la web, no únicamente este artículo, me parece muy interesante. Cuando tenga que dar un paso más, recurriré aquí en busca de más consejos y trucos que puedan serme de ayuda.
Así que gracias, y disculpa por el tostón.