En este post hablaremos sobre el realismo mágico, sus características, autores y obras destacadas, así como trataremos de orientarlos para que puedan empezar a escribir sus propias narraciones dentro de este género.
Primero y principal, ¿qué es el realismo mágico? Este artículo pretende que puedan definir con sus propias palabras el realismo mágico, entenderlo desde su literatura y desde sus más grandes exponentes así como desde su contexto histórico.
Una vez logrado esto, intentaremos tomar las características principales del realismo mágico y adueñárnoslas, desentrañarlas para poder aplicarlas a nuestros propios textos y crear una obra literaria digna del género.
Sin más preámbulos, los invito entonces a leer el artículo y a dejarnos en la sección de comentarios sus opiniones así como cualquier aporte que crean pertinente al tema.
Índice
- 1 ¿Qué es el realismo mágico?
- 2 Realismo mágico hispanoamericano
- 3 Características del realismo mágico
- 4 Autores del realismo mágico
- 5 Obras del realismo mágico
- 5.1 Los Sangurimas (1934), José de la Cuadra
- 5.2 Ficciones (1944) y El Aleph (1949), Jorge Luis Borges
- 5.3 Hombres de maíz (1949), Miguel Ángel Asturias
- 5.4 Bestiario (1951) y Final del juego (1956), Julio Cortázar
- 5.5 Pedro Páramo (1955), Juan Rulfo
- 5.6 Cien años de soledad (1967), Gabriel García Márquez
- 5.7 La casa de los espíritus (1982), Isabel Allende
- 5.8 Como agua para chocolate (1989), Laura Esquivel
- 6 ¿Cómo escribir realismo mágico?
¿Qué es el realismo mágico?
La definición de realismo mágico que nos propone la Real Academia Española en su diccionario es la de “movimiento literario hispanoamericano surgido en torno a los años 30 del siglo XX, caracterizado por la introducción de elementos fantásticos en una narración realista”.
Esta definición es bastante sencilla de comprender pero un tanto incompleta. Primero, el realismo mágico, si bien se desarrolla fuertemente en la literatura, no se acota solamente a ella sino que también abarca la pintura, en donde el término tuvo su origen.
Segundo, la definición no nos explica cuál es la función de esos elementos fantásticos dentro de la narración realista y qué importancia tienen.
Lo principal que hay que comprender en este movimiento es su interés en mostrar lo irreal y lo extraño, es decir, ese elemento fantástico que menciona la RAE, pero como algo cotidiano o común que hace que la realidad sea un poco más mágica.
Pensemos, por ejemplo, en Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll. Todo lo que pasa en el país de las maravillas al que entra Alicia tras caer en la madriguera del conejo es verosímil para los personajes que conforman ese mundo. Sin embargo, para Alicia es inverosímil, Alicia no lo asume como algo cotidiano, posible en su realidad.
También podríamos pensar en la saga de Harry Potter, de J.K. Rowling, saga destacada en nuestra recopilación de los mejores libros de fantasía. El mundo mágico que se le presenta a Harry rompe con su realidad, con lo que él creía que era real hasta ese momento. Todo el mundo mágico de Hogwarts y su vida como mago irrumpen en la realidad de Harry como algo extraño, que poco a poco va incorporando pero que, inicialmente, no asume como propio o posible.
- Carroll, Lewis (Author)
Ambos ejemplos pertenecen al género fantástico, que no tenemos que confundir con el realismo mágico. Si bien sabemos que el realismo mágico necesita de ese elemento “sobrenatural” para sobrevivir, es un elemento que solo sirve para adaptarse a la realidad y volverla más mágica. Asimismo, el realismo mágico se desarrolla, como su nombre bien lo dice, desde el “realismo”, lo real. Lo principal es comprender que, en el realismo mágico, los personajes no son conscientes en absoluto de ninguna anomalía respecto a la realidad de su mundo.
Si volvemos a Alicia en el país de las maravillas o a Harry Potter, en ambos casos los elementos fantásticos sí son anómalos en la realidad de su mundo, no son asumidos por los personajes como algo normal sino como una sorpresa, como una ruptura, como algo que los descoloca, que los saca de su “mundo real” para introducirlos en un mundo de fantasía.
En el caso del realismo mágico, el mundo real siempre será real incluso con los elementos fantásticos. En otras palabras, la realidad es un tanto más mágica pero sigue siendo realidad, no hay asombro ni anomalías para los personajes sino que solo las podemos percibir como lectores.
Realismo mágico hispanoamericano
Para poder entenderlo aún mejor, vamos a tratar de ubicarnos en el contexto histórico del realismo mágico.
El término de “realismo mágico” fue utilizado por primera vez en el año 1925, por el crítico de arte alemán Franz Roh para referirse a una corriente expresionista en pintura, caracterizada por incorporar elementos de fantasía y de irrealidad en un fondo realista.
Recién en el año 1947 fue utilizado como término propio de la literatura hispanoamericana por el escritor Arturo Uslar Pietri en su ensayo sobre el cuento venezolano, donde hablaba del realismo mágico como una “adivinación poética o una negación poética de la realidad”.
La definición de realismo mágico fue evolucionando con el tiempo y con la apropiación que los autores hicieron del género.
Es así que, para las décadas de los 60 y 70, podremos encontrar obras de realismo mágico que se ajustan a las características principales que conocemos del género hoy en día.
El choque de la cultura de la tecnología con la cultura de la superstición, dos visiones que convivían en Hispanoamérica en ese momento, fueron las causantes del florecimiento del realismo mágico en esa época en particular, dando a luz obras magníficas tales como Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, publicada en 1967, novela que quizás sea la más representativa del género.
Posteriormente, el realismo mágico se convirtió en un género muy visitado y apreciado, no solo en la literatura hispanoamericana sino a nivel mundial. Esto se debe, muy posiblemente, a que esa realidad mágica que propone el movimiento nos enseña valores como la tolerancia y la adaptabilidad de la que el ser humano es capaz.
Características del realismo mágico
La característica imprescindible en las obras que se inscriben dentro del genéro de realismo mágico es, tal como lo dice su definición, un escenario realista que incorpora elementos mágicos o fantásticos de forma natural en la narración.
Lo más importante de la definición, que separa al realismo mágico del género de la fantasía, es la naturalidad con la que se tratan los elementos en la historia.
Relacionado íntimamente a esto, como característica primordial tenemos el papel del narrador. El narrador, al hablarnos de estos elementos sobrenaturales, no puede presentarlos como extraños sino que debe hacerlo de forma orgánica, no debe explicarlos porque no requieren explicación, son parte del realismo mágico de la historia. Tampoco deben explicarlos los personajes, son elementos que no admiten cuestionamientos, que fluyen sin más en la trama, que solo el lector los percibirá.
Respecto al escenario realista, este debe ser un escenario que sepa integrar y desarrollar mitos, leyendas urbanas y culturas de ese territorio que propone el autor como lugar donde transcurren los hechos de la historia.
Esto supondrá entonces un vínculo, un arraigo entre ese lugar y la historia así como entre ese lugar y los protagonistas de ella. Será un vínculo que no necesariamente se manifestará de forma expresa en el texto pero que, como lectores, seremos capaces de intuir dentro de la intención del autor.
También, otra característica que suele usarse a menudo, es el enfoque metafísico del tiempo. El autor se permite jugar con los límites de lo posible y, muchas veces, introducir el elemento fantástico en este concepto.
De este modo, podemos encontrar una circularidad del tiempo, el tiempo que se repite una y otra vez así como la historia y que se vincula con la sensación de un destino inevitable; saltos indefinidos en el tiempo, del pasado al futuro pero mostrados en la historia como una linealidad; un tiempo estático, un tiempo que se detiene en cuestiones técnicas pero que sigue avanzando en el fluir de la historia y de los personajes; y un tiempo invertido, es decir, por ejemplo, alternar el día por la noche, entre muchas otras opciones.
Autores del realismo mágico
A continuación, haremos una lista de los representantes del realismo mágico más sobresalientes en lo que respecta al ámbito literario, que es el que tratamos más a fondo en este artículo.
Cabe aclarar que, en algunos casos, el autor tiene bastante de su obra literaria inmersa en el género, como es el caso, por ejemplo, de Gabriel García Márquez o de Juan Rulfo. En otros casos, son autores que han trabajado el realismo mágico solo en una o en pocas obras. Sin embargo, no queríamos dejar de nombrar a quienes consideramos los más relevantes e influyentes, aquellos que supieron trabajar el género y hacerlo propio.
Autores del realismo mágico en Latinoamérica
- Horacio Quiroga (Uruguay, 1878-1937)
- Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974)
- Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986)
- José de la Cuadra (Ecuador, 1903-1941)
- Arturo Uslar Pietri (Venezuela, 1906-2001)
- Manuel Mujica Láinez (Argentina, 1910-1984)
- Jorge Amado (Brasil, 1912-2001)
- Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984)
- Elena Garro (México, 1916-1998)
- Juan Rulfo (México 1917-1986)
- Gabriel García Márquez (Colombia, 1927-2014)
- Carlos Fuentes (México, 1928-2012)
- Mireya Robles (Cuba, 1934)
- Mario Vargas Llosa (Perú, 1936)
- Isabel Allende (Chile, 1942)
- Laura Esquivel (México, 1950)
Autores del realismo mágico en Europa
- Álvaro Cunqueiro (España, 1911-1981)
- Günter Grass (Alemania, 1927-2015)
- Milan Kundera (República Checa, 1929)
- Manuel Vicent (España, 1936)
Obras del realismo mágico
En este apartado, analizaremos algunas de las obras más importantes del realismo mágico, ya sea en el formato de novela o de relato corto, para que puedan identificar las características que hemos venido mencionando.
Las ordenaremos según su fecha de publicación:
Los Sangurimas (1934), José de la Cuadra
- de la Cuadra Vargas, José Vicente (Author)
José de la Cuadra, con su obra Los Sangurimas, ha sido considerado como uno de los precursores del realismo mágico.
La obra tiene como protagonista a Nicasio Sangurima, cabeza de la familia y vinculado con la mafia, muy respetado por todos y de quien se dice que tiene poder, dinero, mujeres y dones oscuros gracias a un pacto con el diablo.
Ficciones (1944) y El Aleph (1949), Jorge Luis Borges
- Borges, Jorge Luis (Author)
Muchos de los relatos cortos de Ficciones y de El Aleph son considerados dentro del género fantástico. Sin embargo, hay una delgada línea que separa a lo fantástico del realismo mágico, como hemos visto, y esa es, principalmente, que el elemento fantástico se introduce en la historia de forma natural.
Es así que, en ambos libros, encontramos varios cuentos que cumplen con la naturalidad del realismo mágico, por lo que podrían considerarse también precursores del género.
- Borges, Jorge Luis (Author)
Un ejemplo es el relato corto “El jardín de los senderos que se bifurcan” de Ficciones. La trama es muy simple, sobre un espía, Yu Tsun, quien debe cumplir una misión. Aquí, el elemento que podemos asociar al realismo mágico, y que encontraremos particularmente hacia el final del cuento, es que el tiempo se presenta como un laberinto.
Hombres de maíz (1949), Miguel Ángel Asturias
- Asturias, Miguel Ángel (Author)
Hombres de maíz del escritor guatemalteco y premio Nobel de literatura Miguel Ángel Asturias es una novela que también ha sido considerada como precursora del realismo mágico.
En el Popol Vuh, texto que recopila las narraciones míticas e históricas del pueblo maya quiché, se nos explica que los hombres han sido creados del maíz. En la novela de Miguel Ángel Asturias, se retoma este mito desde el conflicto entre dos grupos de hombres: aquellos que consideran al maíz como su alimento y parte de su ser, y aquellos que lo utilizan únicamente con fines de lucro.
Respecto al realismo mágico, en la novela vemos un fuerte trabajo del espacio vinculado a los orígenes del ser humano así como el uso de la mitología y del folklore del lugar.
Bestiario (1951) y Final del juego (1956), Julio Cortázar
Al igual que los relatos de Jorge Luis Borges, aquí tenemos dos obras del escritor argentino Julio Cortázar que son usualmente relacionadas al género fantástico pero que también podrían pensarse dentro del realismo mágico sin ningún problema. Una de ellas es Bestiario y la otra es el Final del juego.
Como ejemplo, daremos el cuento “La continuidad de los parques” de Final del juego. Este cuento nos introduce a un lector que está leyendo sobre una pareja que planea un asesinato y que, para el final del cuento, se asociará a este mismo lector. Para no dar más detalles de lo increíble que es este relato corto, solo diré que, en relación al realismo mágico, podemos apreciar el tratamiento del tiempo como una circularidad, como algo que no sigue la lógica lineal que conocemos.
Pedro Páramo (1955), Juan Rulfo
Pedro Páramo es, sin dudas, una de las mayores obras del realismo mágico. Junto a Cien años de soledad, pueden pensarse como los dos grandes pilares que representan al género.
Esta novela cuenta la historia de Juan Preciado, un joven que ha vivido solo con su madre y que, en el lecho de su muerte, le promete que irá a buscar a su padre, un tal Pedro Páramo, para reclamarle lo que les debe.
El protagonista inicialmente no quiere cumplir la promesa que le hizo a su madre, sin embargo, tendrá unos sueños muy reveladores y misteriosos que lo empujarán a ir a Comala, el pueblo donde su padre vivía cuando conoció a su madre.
Este pueblo de Comala tiene varias peculiaridades, las cuales nos encantaría que descubran con la lectura, ya que es una novela muy corta y deslumbrante.
Respecto al realismo mágico, encontrarán muchísimos elementos fantásticos que se vinculan al espacio y al tiempo, hay un importante desarrollo de los mitos y leyendas del pueblo de Comala, y hay un fuerte vínculo de este pueblo con los personajes, un arraigo que los simbiotiza con la tierra.
Cien años de soledad (1967), Gabriel García Márquez
- Cien años de soledad (Contemporánea)
- Debolsillo
- Español
- Tapa blanda
- Garcia Marquez, Gabriel (Author)
Si pensamos en el realismo mágico en la literatura, el escritor colombiano Gabriel García Márquez es el autor modelo así como Cien años de soledad la obra cumbre.
La novela nos contará la historia de la familia Buendía, a lo largo de siete generaciones, en el pueblo imaginario de Macondo. Es una historia llena de intrigas, de amor, de magia, de guerras, de todo lo que caracteriza a un pueblo y, sobre todo, a la humanidad.
Respecto al realismo mágico, como elementos sobrenaturales tenemos el regreso de los muertos como fantasmas o reencarnándose en otros miembros de la familia, la alteración del tiempo en relación a la vida de los personajes, pestes de insomnio y de amnesia, una lluvia de flores y otra lluvia casi incesante por cuatro años completos, entre tantos otros elementos más.
Si bien podría considerarse una obra un tanto difícil de leer, vale totalmente la pena dedicarle el tiempo y la atención. No se van a arrepentir y van a poder deleitarse con el realismo mágico en todo su esplendor.
La casa de los espíritus (1982), Isabel Allende
- Libro en buen estado, pero con hojas amarillentas. Huele a libro viejo
- Allende, Isabel (Author)
La casa de los espíritus de Isabel Allende se publica posteriormente a las décadas doradas del realismo mágico, sin embargo, es una obra que lo representa sin duda alguna.
La novela nos cuenta la historia de la familia Trueba, a lo largo de cuatro generaciones. Es una historia muy vinculada a los hechos sociales y políticos de Chile, pero que también desarrolla el amor, la muerte, los fantasmas, la revolución, los ideales y lo maravilloso.
Dentro de los elementos fantásticos, tenemos la clarividencia, el espiritismo, la telequinesis, la aparición de los muertos, los fantasmas, entre otras. En consecuencia, hay un gran desarrollo de lo sensorial, que también se vincula al movimiento del realismo mágico.
Como agua para chocolate (1989), Laura Esquivel
Como agua para chocolate es una novela que podría considerarse que pertenece al género romántico histórico, sin embargo, su trama nos hace inevitablemente pensar en el realismo mágico.
Aquí tenemos la historia de la joven Tita y sus amores, su familia y su relación con la comida y las recetas típicas mexicanas en la época de la Revolución.
El realismo mágico aparece desde un principio con el nacimiento de Tita: cada vez que la cocinera de la casa, Nacha, picaba cebollas, Tita, desde la panza de su madre, las sentía y lloraba a mares, lo que hizo que se adelante el parto porque un día lloró tanto que ya no pudo quedarse más en el vientre. Como esta anécdota, encontraremos un montón a lo largo del libro, las cuales parecerán para el lector una exageración, sin embargo, son parte de ese elemento sobrenatural que el realismo mágico propone y que asocia tan fuertemente a la tierra y a los vínculos.
¿Cómo escribir realismo mágico?
Sin dudas, para escribir realismo mágico tenemos que pensar en su esencia, que es esa definición que venimos repitiendo a lo largo de todo el artículo. ¿Cuál es? Sin más ni menos, que nos encontramos frente a una realidad a la cual se le han sumado elementos mágicos o fantásticos de forma orgánica, natural.
Ese será entonces nuestro gran desafío frente a la hoja en blanco.
Primero, tenemos que pensar la historia. La historia no necesita ser muy elaborada, puede ser cualquier tipo de historia: la de un amor, la de una familia, la de una amistad, la de un protagonista que se descubre a sí mismo, la de un misterio, la de una aventura, la de una tragedia, etcétera.
Vamos a quedarnos, a modo de ejemplo, con la historia de un amor.
Otro factor importante, como hemos visto, es el del espacio. Esta historia de amor debe desarrollarse en un espacio con el que los protagonistas puedan vincularse, tener una sensación de pertenencia, así como un espacio que nos deje mostrar su folklore, sus mitos, sus leyendas.
En nuestro ejemplo, elegiremos como espacio un pueblo, rural, con pocos habitantes, con familias y vecinos que se conocen los unos con los otros, con trabajadores que heredan oficios de sus padres, con poco acceso a la tecnología. Este espacio acotado nos permitirá que los rumores lleguen rápidamente y que las noticias vuelen, de boca en boca, formando una suerte de “teléfono descompuesto”, es decir, que se vaya alterando de persona en persona lo que se ha escuchado, para finalizar con algo completamente distinto a lo que había sido inicialmente.
Pensando en este pueblo, puede ser real o imaginario. Para poder dejar volar nuestra escritura, elegiremos un pueblo imaginario y le pondremos un nombre.
Con estos dos elementos aún no tenemos presente el realismo mágico en nuestra historia pero lo pensaremos ahora mismo. ¿Qué queremos introducir como elemento fantástico? Podemos hacer que los personajes sean diferentes, por ejemplo, que tengan alas, que vuelen, que estén siempre despiertos, que sean inmortales, que recuerden todo, que olviden todo, hay muchísimas opciones.
Como nuestra historia es una historia de amor en un pueblo muy pequeño vamos a pensar, por ejemplo, que los hombres del pueblo son inmortales y que las mujeres son mortales. Acá nuestro elemento de realismo mágico es la inmortalidad.
Luego, ya nos queda empezar a delinear la historia. Elegiremos un narrador y qué queremos contar de este amor y de este pueblo tan peculiar.
Para que nuestro texto se considere realismo mágico, tenemos que recordar que la inmortalidad no debe ser cuestionada sino que el conflicto de la historia tiene que ser otro, un conflicto realista.
En nuestro ejemplo, diremos que los hombres, al ser inmortales, son los que trabajan y los que, al cosechar su propio dinero por años, mantienen a la familia. Las familias están conformadas únicamente por hombres, lo cual se determinó desde el comienzo ya que las mujeres, al morirse, no “servían” para generar vínculos con ellos.
Estas mujeres, que igualmente siguen existiendo en el pueblo, son aquellas que se dedican exclusivamente a la procreación, a la maternidad y a la crianza de esos niños. Han conformado una suerte de hermandad a la que los hombres acuden para que sus familias se amplíen. Ellas se encargan de los varones que nacen hasta que tienen edad suficiente para trabajar, y luego son enviados a sus familias. Mientras que las niñas que nacen se quedan con ellas para seguir con la misma tradición.
Es un pueblo que se maneja así, sin prejuicios y con mucho orden. Los hombres por un lado, las mujeres por otro. Y el amor también sufre esta división.
Es por eso que, en nuestra historia a modo de ejemplo, el conflicto será que uno de los varones se ha enamorado de una mujer justo antes de ser enviado a su familia de origen. Es un amor prohibido y que será mal visto por el pueblo. Además de que es un amor que no es viable, porque este varón es inmortal y la mujer es mortal.
¿Por qué nuestra historia de ejemplo entraría en lo que es realismo mágico?
Porque tenemos una historia realista, en un lugar específico lleno de fábulas y leyendas que se desarrollarán en torno a estos hombres y mujeres, porque el elemento fantástico que elegimos recae en la humanidad que es mortal de por sí, y porque el autor jamás cuestionará, ni desde el narrador ni desde sus personajes, el elemento fantástico que proponemos, es un elemento que aparece como parte de la historia y nos propone una realidad mágica.
¿Qué les pareció esta historia? ¿Creen que pueden hacer una ustedes y sumarse al género? ¿Qué elemento fantástico les interesaría incorporar?
Ojalá hayan disfrutado el artículo y aprendido un poco más sobre el realismo mágico. En la sección de comentarios, son bienvenidas sus opiniones y sus ideas de escritura, para conversar un poquito más.
¡Hola! Mi nombre es Fiorella, tengo 31 años y vivo en Buenos Aires, Argentina. Estudié las carreras de Letras y de Escritura Profesional y, como era de esperarse, soy una fanática de los libros, de las bibliotecas repletas y del té con limón para acompañar mis lecturas. Amo viajar, por el mundo y por las páginas de una nueva historia.
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Jadi Gomez dice
Buenas tardes, me pareció muy útil el articulo, me encanto todo y la verdad creo que desde siempre he sido fanática al realismo mágico, solo que no sabia su nombre, me ha servido mucho y me animo a saber y leer mas sobre el tema, muchas gracias por publicar este articulo.
Por cierto, me fascino el ejemplo que dio, un corto e interesante libro, me encantaría que fuese un libro y no simplemente un ejemplo.
Mª Angeles dice
Muchísimas gracias, me ha gustado mucho conocer la verdadera definición de lo que es el realismo mágico y la lista de libros recomendados, y por supuesto como escribirlo. Está todo muy bien documentado, y es fácil de leer y entender.
Alvaro AM dice
Muchas gracias, Ángeles, y me alegro de que te haya gustado el artículo.
Alvaro AM dice
Hola, Jadi. Muchas gracias por pasarte por el blog y comentar.
La verdad es que el artículo de Fiorella es excelente. 🙂
Begoña Ortiz dice
He leído varios de los libros pertenecientes a este género, pero ahora comprendo de verdad las características del género. Gracias por las explicaciones, ejemplos, y literatura recomendada.
Alvaro AM dice
Muchas gracias, Begoña.
Fiorella ha escrito un gran artículo.
Juan Sauce dice
¡Hola!
Me ha parecido excelente este artículo. Siempre he oído hablar del realismo mágico asociado a la novela de Gabriel García Marquez, pero no he leído el libro, por lo que no me hacía una idea concreta al respecto. Y es que la palabra «realismo mágico» me llama la atención porque todo lo mágico, fantástico, místico, mitológico… me encanta. Y ahora resulta que algunos de los relatos cortos que yo he escrito se pueden catalogar de realismo mágico y no lo sabía. Solamente me gusta dotar de un toque de fantasía aquello que escribo.
A ver si un día me animo a leer alguna de las obras señaladas. Cien años de soledad me impone un poco de respeto, pero llevo tiempo pensando en abordarla.
Alvaro AM dice
Hola Juan,
Me alegro muchísimo de que te haya gustado el artículo. Si escribes relatos reales con toques de fantasía, estoy convencido de que cualquiera de las lecturas recomendadas no solo te van a gustar, sino que te van a resultar muy interesantes para inspirarte.
¡Gracias por pasarte a comentar! 🙂
Norma G dice
Hola.
Me pareció estupendo el poder volver atrás y recordar lecturas de el boom literario latinoamericano
Ese realismo mágico donde el pasado y el presente c unen donde la circularidad c hCe presente
Tiempo k c repite una y otra vez esa fantasía k es a la vez realidad
Del pasado al futuro como una linealidad
Y acoto no sólo como género literario sino tmb podría decir yo como a veces nos sucede en la vida real.
Gracias.
Me encanto compartir
ofe dice
Me gustó el artículo, sin embargo hace falta Elena Garro, considerada la precursora en México del realismo mágico. Los recuerdos del porvenir, su obra, escrita en los años cincuenta, abandonada en un en baúl y, sacada a la luz en 1963. Por la cual gana el premio Xavier Villaurrutia en México. Varios escritores de la época hablan de que Gabriel García Márquez la leyó antes de escribir Cien años de Soledad, es solo una suposición, puesto que Márquez vivía en México cuando escribió Cien años de Soledad…..además en la antología de la literatura fantástica en 1967, Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo la incluyen en su segunda edición una obra de teatro que se llama: Un hogar sólido. Es la única mexicana que figura en la antología.
Alvaro AM dice
Gracias por toda la información facilitada, Ofelia. 🙂
Tendré en cuenta a Elena Garro e investigaré un poco más en profundidad para actualizar el artículo.
¡Un saludo!
Victoria dice
Hola. Gracias por el post! Tendrás la bibliografía sobre el realismo mágico? Necesito hacer una monografía sobre eso y necesitaría bibliografía para basarme. Muchas gracias!
Ashley dice
Muy bueno, aclare muchas dudas. Ahora entiendo con más claridad el cómo diferenciarlo. También me considero fanática de este movimiento y sus obras.
Muchas gracias!!!.