Con esta entrada inicio un ciclo de posts que tratan temas relacionados con la mentalidad de la escritura, el bloqueo del escritor y los problemas que surgen cuando nos exigimos más de lo que debemos.
Dos de los libros más recomendados para mejorar como escritores son El gozo de escribir, de Natalie Goldberg, y El camino del artista, de Julia Cameron.
A diferencia de los libros para escritores en los que se nos explican conceptos teóricos para mejorar nuestra escritura, estos libros se centran más en que desarrollemos una mentalidad adecuada para escribir.
Algunos de los temas que tratan Goldberg y Cameron son los de perder el miedo al folio en blanco (síndrome de la página en blanco), tener las expectativas adecuadas cuando escribimos nuestros primeros borradores y darnos el tiempo necesario para madurar nuestras ideas sin que intervenga nuestra parte censora del cerebro.
Además, ambos libros se complementan muy bien porque tratan los mismos temas desde perspectivas muy diferentes:
- El gozo de escribir es una colección de experiencias personales con la escritura creativa, en el que podemos observar la actitud y la mentalidad zen con la que Goldberg escribe a diario.
- El camino del artista tiene explicaciones más directas y está presentado como curso, con numerosos ejercicios y sugerencias a seguir.
En el post de hoy vamos a ver lo que Julia Cameron llama “las paginas matutinas”.
Pero primero, como siempre, vamos a ver primero la raíz del problema y cómo suelen surgir los bloqueos de escritor.
Índice
Tener la actitud adecuada como escritores
Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos interesado por la escritura creativa: nos hemos divertido cuando escribíamos, hemos disfrutado del proceso de crear historias nuevas y de sentarnos a narrar.
Hemos pasado buenos tiempos leyendo y hemos querido imitar a nuestros escritores favoritos.
Sin embargo, de esta pasión inicial por la escritura, con el tiempo es también bastante habitual tener pretensiones mayores.
Ya no nos conformamos con escribir una o dos veces al mes —cuando nos apetece— sino que queremos escribir un libro de relatos, una novela corta o una novela.
Y de repente, nos vemos en la necesidad de incrementar nuestras sesiones de escritura, de escribir y leer todos los días, de dedicar más tiempo a cada sesión.
Cuando nos queremos dar cuenta, aquello con lo que al principio disfrutábamos se ha convertido en una obligación diaria.
Nos encontramos en una lucha encarnizada contra nosotros mismos por mejorar y terminar proyectos literarios; porque ahora que dedicamos más tiempo a la escritura y a la lectura, nos damos cuenta con mayor facilidad de todos los fallos que cometemos y del largo camino que nos queda por recorrer.
Y esta lucha es positiva.
Surge del querer mejorar y desear ser un buen escritor; de intentar escribir un poco más hoy para acabar de una vez por todas ese capítulo, de leer más para intentar absorber todo el conocimiento posible.
Ahora que has leído Guerra y paz, Bartleby el escribiente o La metamorfosis, ves que existe un abismo entre tu nivel y el de los grandes profesionales.
Tú quieres ser como ellos. Es lo normal.
Pero este estado de lucha constante puede cambiar con bastante facilidad nuestra actitud frente a la página en blanco y, si no tenemos cuidado, nuestras expectativas y nuestro sentido de la autocrítica pueden convertirse en nuestros peores enemigos.
Nos pueden llevar a pensar, entre otras cosas, que no valemos; que todo lo que escribimos es de mala calidad.
Y, sin darnos cuenta, podemos terminar sumergidos en una espiral autodestructuva que termina, entre otras cosas, en el bloqueo literario.
¿Cuál es uno de los remedios para vencer el bloqueo creativo del escritor?
A veces, el remedio es algo tan sencillo como recordarnos lo mucho que nos gusta escribir.
Recordarnos que en un principio, cuando no teníamos tantas pretensiones, escribir era una afición con la que disfrutábamos.
Y que para pasarlo bien solo hace falta que bajemos un poco el listón, que desconectemos un poco al censor o al crítico que llevamos dentro y que nos demos tiempo para dar voz a todos nuestras quejas y pensamientos que tenemos acerca del oficio.
Es aquí donde tienen un valor especial los libros de El gozo de escribir y El camino del artista, porque se centran en crear la mentalidad adecuada para que disfrutemos de la escritura, sanemos nuestra creatividad y ajustemos nuestras expectativas para alcanzar nuestros objetivos sin autodestruirnos en el intento.
Según Cameron, una de las mejores formas de prevenir estos problemas o de “soltarnos” para recuperar la diversión perdida es dedicar todas las mañanas un rato a escribir tres páginas sobre lo que queramos.
Es algo muy parecido a tener un diario de pensamientos para poder expresarnos con completa libertad o, según las palabras de Cameron, “son simplemente tres páginas manuscritas de estricto flujo de conciencia“.
Aunque no existe ninguna regla para escribir estas páginas, si no tienes muy claro cómo escribirlas, puedes leer las siguientes recomendaciones.
Recomendaciones para escribir las páginas matutinas
- Tienes absoluta libertad para escribir sobre cualquier tema. Si te apetece quejarte de las pocas ganas que tienes de escribir, de que no sabes qué escribir o de que desearías no volver a escribir en tu vida: escribe sobre eso. Si quieres escribir sobre qué vas a regalar a tu novio en Navidades, adónde te gustaría viajar o lo lejos que te gustaría estar de tu jefe: escribe sobre eso. Escribe sobre cualquier tema. Escribe lo que quieras. Sin ningún tipo de censura.
- Nadie va a leer lo que has escrito. Estas páginas son para ti. Otra cosa es que en algún momento decidas enseñar estas páginas a alguien porque quieres.
- Escribe estas páginas todos los días o, como dice Cameron:“Las páginas matutinas son innegociables. Jamás te las saltarás o las reducirás, independientemente de tu estado de ánimo o de las cosas desagradables que te diga tu Censor. Siempre pensamos que debemos tener el humor adecuado para escribir, pero no es así. Las páginas matutinas te demostrarán que tu estado de ánimo no importa. Algunos de los mejores trabajos surgen justo en esos días en los que piensas que todo lo que haces es una porquería. Con las páginas matutinas dejarás de juzgarte y te pondrás a escribir. No importa si estás cansado, refunfuñón, distraído o estresado: tu artista es un niño y necesita alimentarse. Las páginas matutinas serán el alimento de tu niño artista, así que escríbelas.“
- No hay una forma incorrecta de escribir estas páginas. Si volvemos a El camino del artista, Cameron nos lo cuenta muy bien:”Las páginas matutinas no pueden hacerse mal. Estas divagaciones diarias no pretenden ser arte. Ni siquiera escritura en un sentido literario. “
- No tengas ningún tipo de expectativa. Diviértete, quéjate, olvídate de las reglas gramaticales y de la estructura interna del texto. Dedica este espacio a explorar. De esta forma te podrás distanciar de tu parte crítica para salir de la negatividad y centrarte en la creación y el flujo de pensamientos continuos.
Dedicar tiempo a reflexionar sobre lo escrito
Dedicar tiempo todos los días para dar rienda suelta a nuestro flujo de pensamientos es liberador y nos permite soltarnos con la escritura, ganar confianza y adquirir experiencia en rellenar folios.
Pero también es una herramienta muy potente para conocernos mejor y aprender sobre nosotros mismos.
El proceso creativo es algo íntimo y no hay nadie mejor que nosotros para identificar qué problemas sufrimos y cómo podemos resolverlos.
Por ello, para sacar el máximo provecho de estos escritos nos viene bien leer lo que hemos escrito una vez hayan pasado unas semanas. Esto nos permitirá ver con perspectiva qué tipo de problemas tenemos para más adelante analizarlos y tratar de resolverlos.
Esto es algo que, de nuevo, explica detalladamente Cameron:
“Las páginas matutinas nos ayudan a conocer mejor nuestros pensamientos y nuestras necesidades, a identificar nuestros problemas y preocupaciones.“
Además, que no te extrañe que, una vez pasadas unas semanas, cuando leas lo que has escrito, descubras quejas y pensamientos que no reconoces como tuyos. Es algo habitual.
Hemos visto la utilidad que tiene liberar nuestra escritura y dejar que nuestros pensamientos fluyan sin ningún tipo mayor de pretensión que la de rellenar unos pocos folios al día.
¿Qué opinas sobre las páginas matutinas? ¿Tienes algún tipo de ritual parecido? ¿Te gustaría ver más posts relacionados con esta temática?
Te espero en los comentarios. 🙂
Me ayudas si me dices qué te ha parecido el post. Puedes puntuarlo con las estrellas amarillas:
[ratings]
Me parece buena idea eso de la rutina matutina.Yo intento escribir todas las mañanas, que es cuando estoy sola y tengo más tranquilad.Y siempre, siempre me gusta que reposen mis escritos, para rehacerlos después de unos días. Creo que es una buena táctica para ver fallos que no ves nada más terminar.
Hola Sandra,
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Dejar reposar los escritos ayuda muchísimo, estoy de acuerdo. A mi me gustaría escribir por las mañanas, pero por lo general me cuesta bastante levantarme temprano, así que al final siempre termino escribiendo por las noches.
Un saludo. 🙂
Que buen post! Muchas gracias por publicarlo. Es tremendamente útil.
Hola Pilar,
Gracias por pasarte por el blog. 🙂
Me alegra mucho que te haya gustado la entrada de hoy.
¡Un abrazo!
Hola Álvaro, gracias por este post. Me gusta mucho esa idea de escribir sobre lo que nos acontece, lo que ronda nuestros pensamientos y sentimientos ¡La escritura libera!
Hola Alfredo,
Muchas gracias por pasarte por el blog y comentar. 🙂
La verdad es que a mi me encanta practicar la escritura libre, y además sirve perfectamente para perder el miedo al folio en blanco.
¡Un abrazo!
Muchísimas gracias por el artículo, coincido en que es de gran utilidad. Muy claro y preciso.
Hola Maria,
Gracias por tu comentario y por pasarte por la web. Me alegra que te haya gustado el artículo.:)
¡Un saludo!
¡Genial, Álvaro, como siempre!
Últimamente estoy teniendo más problemas de lo normal al enfrentarme con la página en blanco, y lo achaco a dos cosas. Uno, a lo que comentas del censor interno, y otro a la falta de planificación. Bueno, planificación había, pero se me ha ido un poco al garete y tengo que revisarla, y todo el tiempo que trabajo con el mapa erróneo es tiempo que pierdo metiéndome en callejones sin salida ;).
Conocía el método de las páginas matutinas (morning pages), pero del libro «Becoming a Writer» de Dorothea Brande (te lo súper recomiendo, por cierto). Lo he practicado varias veces por temporadas hasta que convertí esas páginas en páginas de mi novela actual, pero creo que ahora sería buena idea recuperarlo para desbloquearme un poco. Lo recuerdo como algo muy positivo que me ayudaba a levantarme de buen humor y con ideas frescas. Voy a probarlo y te contaré qué tal.
Un abrazo,
Marta
Muchas gracias, Marta. 🙂
No conocía el libro de Dorothea Brande, pero por lo que cuentas tiene muy buena pinta. ¡Lo pondré en lo alto de la pila de libros pendientes!
Yo la verdad es que he utilizado mucho este método de las «morning pages», pero últimamente ando con el tiempo justo, así que desafortunadamente me salto esta etapa y paso directamente a escribir entradas para el blog.
Cuéntame que tal te va cuando te pongas de nuevo con ello, y mucha suerte con la novela. 🙂